
Una especie distinta, la indescriptible, el eslabón perdido...
Julia Pastrana sufría de “hipertricosis universal congénita terminal” un desajuste hormonal caracterizado por un desarrollo anormalmente importante del cabello y del vello corporal y una deformación del rostro y las encías.
Llegó a medir sólo 137 centímetros de altura, todo su cuerpo estaba cubierto de abundante pelo negro, su mandíbula era inusualmente prominente sus encías presentaban una hipertrofia que las llenaba de bultos y sus enormes e irregulares dientes se apilaban y retorcían en dos hileras, a lo largo de los tiempos, aquellos que la han sufrido no se han enfrentado sólo a un aspecto físico que a muchos puede parecer terrible, sino al aislamiento.
Fue una mujer que no pudo llevar una vida normal todos la veían mal y la consideraban como un gorila o animal hasta el punto de llevarlas a trabajar en circos por su aspecto físico.
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